martes, 21 de abril de 2020

Reiki y Placebo








Reiki y Placebo
Os presento una investigación sobre Reiki que tuvo lugar en 2011. El objetivo era el valorar la efectividad de la terapia Reiki sobre un grupo de pacientes oncológicos tratados con quimioterapia. Se pretendía determinar el impacto del Reiki en la mejoría del confort y el bienestar en estos pacientes.
La investigación tuvo lugar en la Escuela de enfermería de Sonoma State University, Rohnert Park, California, USA.

El método que se empleó fue el de Doble Ciego (El método de doble ciego es una herramienta del método científico que se usa para prevenir que los resultados de una investigación puedan estar influidos por el efecto placebo o por el sesgo del observador). Los pacientes fueron elegidos al azar, y los resultados de la prueba fueron controlados clínicamente.
Los 189 pacientes que participaron en el estudio se ubicaron en uno de estos tres grupos: Los del primer grupo recibieron los cuidados estándar (solo quimioterapia), un segundo grupo recibió Reiki placebo (es decir, por una persona sin formación en Reiki que iba poniendo las manos aleatoriamente sobre el cuerpo del paciente), y un tercer grupo recibió un tratamiento de Reiki real (ofrecido por un terapeuta formado en Reiki).
Los resultados del experimento fueron un poco sorprendentes a primera vista, pero luego veremos que les podemos dar distintas interpretaciones.
En primer lugar, destacar que los pacientes que recibieron reiki tuvieron un significante aumento en las valoraciones de confort y bienestar (los parámetros estudiados), pero la cosa no acaba aquí: resulta que los pacientes que recibieron reiki placebo tuvieron unos resultados igualmente satisfactorio y significante. En cambio, los pacientes del primer grupo, que no recibieron tratamiento reiki, no experimentaron mejorías en el confort y el bienestar.
El estudio concluye en que la atención personalizada e individual hacia los pacientes es lo que importa, más allá de la transmisión de energía.
¿Qué lecturas o conclusiones podemos sacar de todo esto?
El Reiki es solamente placebo.
El ‘reiki placebo’ no existe porque todos los seres humanos tenemos la facultad de transmitir energía y de aliviar a nuestros semejantes.
Puede que nos sea posible hacer reiki placebo, ya que por el simple hecho de poner la intención en hacer un tratamiento ya es suficiente para que transmitamos energía, estemos iniciados o no.
De alguna manera, el Reiki y el placebo actúan de la misma manera, es decir, estimulan las capacidades de auto sanación de los pacientes.
¿Cuás es vuestra opinión al respecto? ¿Se podría añadir alguna conclusión más? Espero ansioso vuestras aportaciones.

Se puede consultar el estudio original publicado en las páginas web: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21531671

En este segundo enlace viene todo el estudio con mucho más detalle en inglés.






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sábado, 18 de abril de 2020

El camino exterior y el interior






El camino exterior y el interior
Quienes se apegan al mundo material [el camino exterior] están condenados. Quienes se apegan al mundo espiritual [el camino interior] están doblemente condenados.
 Isha-Upanishad

Hace poco leí este párrafo en un libro de Frank Kinslow que me hizo reflexionar sobre las búsquedas espirituales en las que muchos estamos inmersos. 
Aprovechar estos días de confinamiento puede convertirse en una buena oportunidad para hacer un alto en el camino, mirar hacia dónde nos dirigimos, y si es necesario, dar una paso atrás para poder observar las cosas desde otra perspectiva.
A continuación transcribo el párrafo que he comentado:

'El camino interior y el exterior sólo se diferencian en su dirección. Son caminos plagados de problemas que sólo dan la impresión de moverse hacia la resolución del sufrimiento. La mayoría de nosotros nos alineamos con una o dos direcciones aparentes hacia la satisfacción. La primera es la más común. Se trata del camino exterior hacia el más y más. Ese sendero satisface al ego añadiendo más dinero, más conocimientos, más amigos, más belleza, etc., pero el deseo básico subyacente nunca se satisface.
La segunda dirección hacia la satisfacción es el aparente camino interior de la negación de uno mismo: el camino del menos. Propone someter al ego a un ayuno de estímulos externos en favor de escuetas prácticas «espirituales». Aquí el ego se apega a la idea del sacrificio y otras austeridades.
Ambos caminos nos están diciendo que lo que somos no basta y que si iniciamos nuestro recorrido por cualquiera de ellos acabaremos siendo recompensados con una vida mejor. Pero ambos caminos demuestran ser ineficaces a la hora de eliminar nuestro deseo más básico: el de una paz duradera.
Es más fácil convencer a quien sigue el camino material de que su vida necesita de un repaso, de lo que es convencer de lo mismo a alguien «espiritual».
Cualquiera que viva una vida externa ya sabe que en lo más profundo de su ser no acaba de funcionar. No puede sentirse pleno para siempre por mucho éxito que alcance.
El aspirante espiritual está convencido de que está en el camino perfecto hacia la salvación. Incluso su sufrimiento y sus fracasos «espirituales» se interpretan como lecciones a lo largo del camino, que le dan aliento para continuar. De hecho, el fracaso no hace sino reforzar su resolución y le anima a conseguir más de lo mismo.
Si ni el camino interior ni el exterior nos liberan, ¿estamos condenados a sufrir a manos del impulso desorientado del ego?. Desde luego que no. En ambos casos, el camino interior y el exterior nos conducirán hasta las puertas de la salvación, pero no de la manera que imaginamos. No es el camino lo que alivia el sufrimiento o proporciona paz. El camino actúa por negación. Cuando uno se detiene en el camino es cuando se está en posición de triunfar. El éxito nace de la inmovilidad, no del movimiento.
El camino materialista externo actúa de dos maneras. Cuando una persona fracasa a la hora de alcanzar su objetivo, y tras un gran esfuerzo, acaba abandonando, eso se conoce como «tocar fondo». También, cuando alguien consigue todo lo que necesita y sigue sintiéndose vacío, acaba preguntándose: ¿La vida es sólo esto? Todos los viajeros que se hallan a mitad del camino siguen perdidos en la ilusión de que al alcanzar el objetivo acabará su miseria.
El camino interior se enfoca hacia la consciencia del Ser. La transición de la ignorancia a la consciencia del Ser puede requerir muchos años. Al menos ese ha sido el consenso general hasta el momento. El camino interior hacia la paz se concentra en la devoción, meditación, oración, obras de caridad, estudios de las escrituras, etc. Deberías además de esforzarte en experimentar un estado pacífico y gozoso, resultado de tu conexión con un ser o una energía más elevada.
El sendero interior pone al mundo en guerra consigo mismo. La paz y la orientación divina pasan a ser los buenos, y el materialismo y el comportamiento negativo, los malos. Cuando tienes dos de algo, no puedes lograr la paz por completo. Uno no puede unificarse dividiendo y conquistando.
 Si pretendemos acabar encontrando paz duradera, ninguno de los caminos resulta muy eficaz. Y hay una razón para ello. No se necesita ningún camino. De hecho, seguir algún camino te garantiza que no llegarás a la consciencia del Ser. Si crees que debes ir a alguna parte para obtener consciencia pura o que simplemente puedes adquirirla, es que ya te has extraviado. Pero la paz no puede encontrarse en el camino ni alcanzando la meta. Alcanzar una meta no reporta paz.
No puedes intentar lograr una paz duradera porque ya la tienes. Lo que crea las distorsiones sobre las aguas de la paz es el propio intentarlo.  Cuando paras, ahí aparece la paz. No es la meta lo que trae la paz sino más bien la momentánea suspensión de cualquier esfuerzo tras alcanzar una meta y antes de empezar la siguiente. Cuando uno para, no hay nada que hacer, ningún sitio al que ir. Todo el peso desaparece. Sólo entonces nos liberamos de la ilusión de que el camino solucionará todos nuestros problemas. Es el ego —que no reconoce que el camino ha finalizado y que no es necesario continuar— el que reinicia el motor de la mente y lo enfila de nuevo hacia fuera o hacia dentro.´
Fuente: Beyond happiness de Frank Kinslow

Y vosotros, ¿Qué opináis al respecto?








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